EL DILEMA GRIEGO:

Grecia está sufriendo las consecuencias del duro ajuste al que está siendo sometida por el Banco Europeo y el Fondo Monetario Internacional, para que le sigan financiando el pago de su deuda y del dinero necesario para seguir sobreviviendo.

Pero mientras tanto, su deuda se va incrementando.

La recesión en que se encuentra hace que cada vez se obtengan menos ingresos con los que hacer frente a las deudas existentes.

Grecia se enfrenta a pasar un mínimo de 20 años, sin poder hacer otra cosa que pagar los intereses y es posible que una parte de la deuda. Pero en ese tiempo no va a poder hacer nada, ni invertir en educación, ni en sanidad, ni en aquellas necesidades para permitir que la sociedad no sólo se estabilice sino que mejore.

No va a haber estabilización ni mejora durante un largo plazo de tiempo.

Esa es la perspectiva a la que se enfrenta la juventud griega, así como la nuestra, y la del resto de occidente, de ahí los indignados que comienzan a aparecer por cualquier parte.

El dilema griego es el mismo, para casi todo occidente:

O pagamos la deuda que se ha creado en la última década, o buscamos una fórmula de que se suspenda el pago de la deuda, se revise su procedencia, se le busque una solución a medio plazo y se proponga un NUEVO CONTRATO SOCIAL, que permita que la sociedad siga avanzando.

Hoy se sabe, que el problema de la deuda en su gran mayoría, se debe a las multinacionales o a personajes que manejan los hilos de la especulación en un mundo globalizado para ganar, pero no para responder.

El problema de la deuda se soluciona fácilmente en una reunión del G-20, acordando la suspensión de las amortizaciones existentes en el sistema financiero y la puesta en marcha de una Oficina de control y supervisión, en el FMI que investigara el origen y procedencia de la misma, así como el cumplimiento de las obligaciones formales, legales e impositivas de la OCDE.

Es así de fácil.

A la par se tiene que crear un nuevo sistema financiero, bajo control estatal, que se encargará de dotar de liquidez al sistema económico mediante la puesta en marcha de nuevos instrumentos financieros y la retirada de los activos improductivos existentes como consecuencia de la burbuja inmobiliaria, para ponerlos a funcionar, haciendo posible el acceso a una vivienda digna en los países con esos problemas y buscando salida a los millones de viviendas vacías.

Para ello es necesario un NUEVO PACTO SOCIAL PREVIO.

Y para que ello suceda es necesario que se ponga en marcha, UN NUEVO SISTEMA POLITICO, mediante Gobiernos de concentración en todos los países.

Nos encontramos en un momento muy delicado en que se está engañando a la ciudadanía y escondiendo la realidad de la situación.

El poner parche sobre parche, de cientos de miles de euros a la Banca no soluciona nada, es esconder la cabeza bajo el ala, mientras cada día que pasa la situación empeora.

Nos espera un otoño calentito.