Una de las tristes realidades en las que vivimos es, que ni la clase política, ni los gurús del pensamiento si acaso existen, saben en la situación en la que estamos ni mucho menos hacia dónde vamos.
No hay mapa, no hay plan, no hay camino, no hay ideas.
Cada día vemos como se llenan miles de páginas, se escriben docenas de libros sobre el diagnóstico del enfermo, de los males que le achacan pero nadie sabe por qué.
Todo son quejas, todo son lamentaciones, pero nadie ofrece soluciones.
Estamos viendo como la situación es cada día más complicada, en gran medida por que las personas que deben de tomar las decisiones, los Organismos e Instituciones encargadas de reaccionar no lo hacen. Sencillamente nadie sabe que tiene que hacer.
Nadie se atreve a enfrentarse a las verdaderas causas del problema.
Ante esa situación, ¿ Qué podemos hacer?.
La solución es volver sobre nosotros mismos, preocuparnos de nosotros, de nuestro entorno, no en el sentido egoísta de olvidarnos del resto. Todo lo contrario, ocuparnos de nosotros, preocuparnos del resto y reaccionar.
Todo comienza en nosotros. Todo pasa por nosotros, por tanto ocupémonos de nosotros, de nuestra formación, de nuestra preparación, de nuestra ocupación, de nuestros estímulos.
Hay un principio vital que a pesar de su realidad sigue siendo el gran desconocido:
“ Si haces lo mismo, obtienes el mismo resultado”.
O lo que es lo mismo, si lo que tienes no te gusta, cámbialo.
Si no estás a gusto contigo mismo, averigua el porqué.
Para hacer lo que te gusta, lo primero que tienes que lograr, es estar bien contigo mismo. Y para ello, tienes que ser tú mismo.
Quererte, entenderte, comprenderte, respetarte, para poder querer, entender, comprender y respetar a los demás como paso previo para un mejor funcionamiento de tu entorno.
Cambiando nuestro entorno, cambiaremos el resto.
Si aprendes a respetarte no dejarás que no te respeten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario