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Un grupo de Profesionales de diversa procedencia, con muchos lustros de experiencia y relacionados con la Consultoría, el Urbanismo, el sector inmobiliario, el diseño y la informática, el coaching y empresarios del sector, nos hemos unido para crear un equipo multidisciplinar capaz de buscar y ofrecer soluciones, a cualquier situación por complicada que sea en el sector inmobiliario, en el presente momento.

Un equipo abierto a la incorporación de otros profesionales de otras zonas, tanto de España como del exterior que desea ser lo más amplio y profesionalizado posible para poder ofrecer soluciones en cualquier lugar.


domingo, 30 de septiembre de 2012

Oliver Wyman rebaja drásticamente las pérdidas de préstamos para suelo


La consultora Oliver Wyman ha rebajado drásticamente en el examen definitivo a la banca su estimación de pérdidas por créditos con suelo como garantía, especialmente el no urbano. Mientras que en julio calculaba hasta un 100% de pérdidas, ahora cuenta con que estas serán solo del 56% en el escenario adverso y de menos aún, del 37%, en el escenario base, supuestamente más previsible. Las pruebas a la banca concluyen que la mayor parte del crédito promotor (incluido el ya moroso) no se convertirá en pérdidas ni en el escenario base ni en el adverso.
Los activos tóxicos del ladrillo son la gran preocupación de inversores y analistas internacionales sobre la salud de la banca española. El examen de la consultora Oliver Wyman confirma que serán la principal fuente de pérdidas, pero su cálculo queda muy lejos de escenarios apocalípticos. Según sus pruebas, de una cartera de 227.000 millones de crédito promotor, la banca tendría pérdidas de 64.900 millones (el 28,6%) en el escenario base y de 97.100 millones (el 42,8%) en el escenario adverso, por debajo de las cifras que calculó en julio antes de analizar con más detalle las carteras de las entidades.
Las pérdidas esperadas para el crédito promotor en el escenario adverso oscilan entre el 27,3% para los créditos que tienen como garantía viviendas terminadas, lo que equivale a un quebranto de 23.900 millones, y el 63,9% para los créditos que no cuentan con garantía hipotecaria, lo que supone una pérdida del 63,9%.

La rebaja más drástica de las pérdidas se produce en el suelo no urbano. En julio, Oliver Wyman cifró la pérdida esperada para los créditos con suelo no urbano como garantía en el 90%-95% para el escenario base y en el 100% para el adverso.

La consultora parece reconocer ahora su error de llegar a decir que los bancos podrían llegar a no recuperar ni un solo euro de esa clase de crédito. Ahora, no solo admite que parte de los créditos se pagarán, sino que además parece considerar que el suelo no urbano tiene un valor considerable como garantía en relación con el valor de los créditos, porque incluso en el caso de impago de los préstamos, las pérdidas que calcula serían del 61% en el peor escenario.
La conclusión de Oliver Wyman es que solo un 9% del crédito promotor financia bienes que superan el valor del préstamo. En cambio, en un 45% de toda la exposición al ladrillo, esa relación entre préstamo y valor del inmueble (loan to value, LTV) es inferior al 60%. La firma que ha hecho el examen llega a la conclusión de que el LTV en España es relativamente bajo comparado con otros países. la media con las últimas tasaciones es del 62%, frente al 100% de Irlanda o el 80% de Estados Unidos. Con la vista puesta en 2014, la media subirá al 85% o al 99%, dependiendo de cuál sea el escenario. El problema es que hay una fuerte dispersión entre unas entidades y otras, de modo que en algunas el LTV puede llegar a ser del 122%.
El informe desvela que entre las pérdidas que se han computado para calcular las necesidades de capital de los bancos están 5.500 millones procedentes de créditos que ni siquiera se han concedido todavía (o que no se habían concedido a 31 de diciembre pasado, fecha a la que va referida el examen). El análisis llega a la conclusión de que se concederán esos créditos y que parte de los mismos provocarán pérdidas en el futuro, así que hay que cubrirlas.
Para esta imbecilidad se han gastado un montón de millones de euros en una auditoria que no refleja la realidad y que vamos a ver dentro de unos meses como se nos acusa como en el caso griego de engañar a los socios europeos. Una pena

DOS AÑOS PERDIDOS Y SEGUIMOS SIN APRENDER NADA.


Los profesionales inmobiliarios vimos en el otoño de 2.007 que las cifras de ventas cayeron de repente, se vendió una parte menos que en 2.006 y mucho menos que 2.005 que fue el cénit.
En 2.008 vino la quiebra de Lethman y comenzó a enterarse la clase política que algo sucedía.
Hasta Mayo de 2.010 o se enteró Zapatero y con él, la Oposición de entonces, el actual Gobierno.
Desde entonces solo vamos de recorte en recorte y tiro porque me toca, no se ha hecho nada por valorizar las viviendas cerradas y sin vender, por poner orden en el número de viviendas en poder de los bancos y cajas y por saber las que están en manos de los promotores mediante nuevos créditos que son un engaño de la realidad.
Las cifras que se están dando de las necesidades de financiación de la Banca, son el chocolate el loro.
NO existe un Plan, no se sabe qué hacer, los gobernantes tanto nacionales como regionales no saben nada, no tienen NPI de qué hacer. Así que el camino está claro: EL PRECIPICIO.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Oliver Wyman fijará precios de referencia para los activos del banco malo



La consultora tiene la orden de indicar el importe de las adquisiciones
La entrada de inversores privados se convierte en un tarea complicada

Oliver Wyman, la consultora que analiza el capital que necesitará la banca española, se ha convertido en una experta en las carteras inmobiliarias de las entidades. Oliver está terminando un informe en el que indicará qué grupos bancarios, de los 14 existentes, tienen o no déficit de capital en un hipotético escenario económico adverso. Por eso, ha examinado con lupa los créditos y los activos relacionados con el ladrillo. Tras este trabajo, se ha hecho experto en el asunto, por lo que el Banco de España y la Comisión Europea han acordado que sea el que ponga los precios de referencia a los activos que comprará el banco malo, según fuentes del mercado.
Como la variedad de activos es enorme, Oliver ha reunido en grupos homogéneos, por tipología (suelo, promociones, vivienda terminada), por las poblaciones y por los permisos administrativos, para homogeneizar valores. A fin de mes entregará el documento al Banco de España.
Los precios a los que se compren los activos determinarán el éxito o fracaso del banco malo. Para que el importe de las adquisiciones no incremente la deuda pública, el Estado tiene que tener menos del 50% de la gestora. Para eso necesita compradores privados, una tarea que está resultando difícil tras los contactos con bancos y aseguradoras.
Si compran a bajo precio, la banca tendrá un gran agujero y el Gobierno tendrá que rescatar a más entidades. Si pagan mucho, los inversores no querrán entrar.
Por otro lado, el 24 de septiembre se presentarán las primeras conclusiones del informe al comité técnico, compuesto por Economía, el Banco de España, la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Días después se llevará al comité estratégico y, al final de la semana, se harán públicos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

El banco malo competirá en superioridad frente a la banca sana


Con independencia de que el examen que ultima la consultora Oliver Wyman lleve al Banco de España a intervenir alguna nueva entidad, la hoja de ruta que marca el último decreto de reforma financiera supone que, de partida, el banco malo aglutinará la carga inmobiliaria que descansa en los balances de Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia. Una herencia que ronda los 75.000 millones de euros y que convertirá a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, SA, que así se llamará esta herramienta, en la mayor inmobiliaria del país. Un gigante que promete convertirse en un duro competidor para el resto de actores del sector.

"Habrá que ver si las autoridades que velan por la competencia no tienen nada que decir ante esta sociedad dominante", desarrolla Mikel Echevarren, consejero delegado de la consultora Irea. "Si al final el banco malo se queda con la mitad del mercado inmobiliario, eso supondrá serios problemas para la banca sana y los promotores que tienen el arrojo de seguir haciendo cosas con su dinero", advierte.
De hecho, colectivos como el colegio de agentes de la propiedad inmobiliaria (Coapi) o la asociación de usuarios de bancas, cajas y seguros (Adicae) denuncian que "la creación del banco malo puede generar competencia desleal con el sector privado.

Uno de los fundamentos de estos temores se basa en el precio de las transacciones. Los agentes de la propiedad dan por hecho que la constitución del banco malo supondrá un "aumento en el abaratamiento de los inmuebles". Aunque el precio de traspaso de los activos está aún por determinar, Bruselas está presionando a España para que acepte una valoración a la baja. Esta podría superar el descuento al que obligan las provisiones exigidas por el Gobierno, es decir, rebajas más allá del 35% para la vivienda terminada, del 65% para promociones en curso y del 80% en el caso de los solares. Las entidades están comercializando ahora mismo sus viviendas tomando estos saneamientos como referencia y ofreciendo descuentos levemente superiores cuando es necesario, en el entorno del 35% al 40%.

Si Banco de España plantea descuentos muy superiores para los activos que pasen al banco malo, este tendría mucho más margen para comercializar sus activos ofreciendo descuentos, por ejemplo, del 50% en vivienda terminada y obteniendo beneficios aun así. La banca sana, por el contrario, aumentaría sus pérdidas si quisiera igualar estas ofertas.
A la espera de que se decida exactamente cuál será el precio del traspaso, lo que sí estará claro es que el banco malo tendrá a su favor el apoyo público que las entidades sanas no tendrán. "Un tema que afectará a la competencia es el de la financiación que se ofrecerá a los particulares que compren activos del banco malo", avanza Julio Gil, de la consultora inmobiliaria Horizone. En efecto, el decreto aprobado por el Gobierno recoge la posibilidad de que se conceda "apoyo financiero" a quienes adquieran activos del banco malo.

Quejas en el sector inmobiliario
"Las entidades financieras van a recibir ayuda económica pública", ahondan desde el colegio de agentes inmobiliarios, donde defienden que "este planteamiento puede introducir distorsiones en el mercado, ya que la norma olvida a todos los agentes jurídicos y profesionales que actúan en el sector privado", reivindican.
Ángel Serrano, director general de negocio de Aguirre Newman, considera que es pronto para vaticinar cuál será el daño que pueda causar el banco malo a sus competidores, pero asume que la preocupación está ya en el ambiente y que, desde luego "todo el mercado va a estar expectante para conocer cuál será la influencia que va a tener en los bancos que no necesiten asistencia y en el resto del sector inmobiliario".

lunes, 23 de abril de 2012

La banca separará el ladrillo en sociedades de liquidación a largo plazo



El Banco de España y el Gobierno diseñan la salida del balance para recobrar confianza
Las nuevas firmas no estarán controladas por las entidades financieras
Los inversores y expertos internacionales presionan contra la banca española. Y no hay mucho tiempo para transmitir señales tranquilizadoras a mercados. El siguiente paso será crear sociedades inmobiliarias (en el Banco de España rechazan el término “banco malo”, porque no tendrán actividad financiera ni ficha bancaria) donde las entidades depositarán el ladrillo en buena parte provisionado y que actuarán como sociedades de liquidación a largo plazo. Faltan detalles por perfilar, pero la decisión de avanzar por ese camino está tomada.
Se trataría de una segunda fase de la reforma financiera impulsada por el Gobierno del PP. Una vez que se ha reconocido un valor más bajo a los activos inmobiliarios (especialmente a los más tóxicos, como el suelo), el siguiente paso sería sacarlos del balance a sociedades en las que bancos y cajas no sean mayoritarios, de forma que se desconsoliden de sus balances, bien porque sean sociedades compartidas por varias entidades o bien porque entren nuevos socios inversores, aunque no será fácil encontrarlos. Las sociedades del ladrillo vivirán unos 10 años. Pasado este tiempo, se saldarían con pérdidas o ganancias.
La cartera inmobiliaria “problemática” asciende a 175.000 millones, que está cubierta con dotaciones en un 54%, una cantidad superior a otros países europeos y a EE UU. El supervisor y el Gobierno quieren extirpar este cáncer sin ayudas públicas, pero admiten que si se aplica un nuevo recorte del valor de los activos inmobiliarios (de entre el 10% y el 15%) algunas entidades podrían necesitar una inyección de dinero público del FROB, que tendrán que devolver.
El objetivo es triple: frenar la loca escalada de la prima de riesgo; que los expertos analicen el problema del ladrillo de forma aislada y que los gestores se concentren en su negocio y circule el crédito. A la vez, el Gobierno maneja más palancas: la recapitalización del Fondo de Garantía de Depósitos y acelerar las fusiones entre excajas.
Pese al recién aprobado saneamiento extraordinario de la banca por 53.000 millones, la medida no ha sido suficiente para los inversores extranjeros. Creen que si la economía española sigue en recesión, los inmuebles se depreciarán más y la morosidad escalará del 8% actual hasta el 12%. Para tapar este problema, el consenso del mercado es que podrían necesitarse unos 50.000 millones adicionales. El Banco de España y el Gobierno rechazan esta teoría, pero no se puede ir contra el mercado y han decidido mover ficha: sacar la inversión inmobiliaria para despejar las dudas sobre la solvencia del sector. El Banco de España lo reconoció la semana pasada y ahora, junto con el Gobierno y las entidades financieras, han diseñado las líneas maestras.
El modelo que se seguirá, según fuentes financieras, se basa en crear varias sociedades inmobiliarias, dependiendo del tipo de activos que se traspasen: suelo, viviendas en construcción, promociones terminadas, etcétera, en las que participarían las diferentes entidades y para las que se trataría también de incorporar inversores. Se prefiere esa fórmula de unas pocas sociedades conjuntas en lugar de crear una para cada entidad, pero eso conlleva una dificultad con las valoraciones de los activos que aporte cada banco o caja. Se considera que deberán traspasar “lo que se pueda vender. Es decir, no suelos imposibles ni pisos que están colocando las entidades con facilidad, porque para eso no se necesita una sociedad”, dice un experto.
La pérdida de control de la sociedad es una condición necesaria para que, desde el punto de vista de la contabilidad europea, se pueda considerar que se ha desagregado realmente del balance. Es decir, no valdría crear filiales inmobiliarias porque consolidarían en el balance. La ventaja actual de las entidades es que han incrementado mucho las provisiones para cumplir con el decreto sobre activos inmobiliarios.
Los bancos cederán la gestión y el control de las sociedades a expertos que valorarán los activos. Si los tasan al precio que figura en los libros del banco, es decir, con el descuento que supone la provisión, no habrá problemas. La entidad se desprende del bien y libera el riesgo que suponía, con lo que le dejará de consumir capital y podrá conceder préstamos a sus clientes. Al menos, en teoría.
En el caso en el que la tasación sea inferior al valor en libros, el proceso se complica. Las entidades afectadas deberán cargar contra capital la diferencia entre lo que han provisionado y lo que dice el experto que vale ese activo. Si un solar adquirido por 10 millones está provisionado al 70%, lo podría traspasar por 3 millones. Pero si el gestor de la sociedad dice que vale 2 millones, la entidad debería hacer un saneamiento extraordinario por un millón más. En este caso el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) podría cubrir provisionalmente la diferencia con su patrimonio, aunque también se estudian otras fórmulas. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha insistido en que no habrá dinero público para ese proceso y ha subrayado que “el Gobierno no creará un banco malo, ni nada”.
El Gobierno no creará las sociedades, sino que serán las entidades financieras, pero el Ejecutivo y el Banco de España estudian cómo impulsar y liderar ese proceso. En principio, tendría carácter voluntario, pero se trataría de que la regulación lo propiciase.
España ha tomado el proceso inverso al europeo y estadounidense. Allí, primero se crearon los bancos malos y luego se recapitalizó el sistema financiero. Además, se hace tarde. En Europa, entre 2008 y 2009, los Gobiernos inyectaron capital a los bancos para que soportaran la depreciación de los activos inmobiliarios y el hundimiento de la economía. En España, en aquellos años, el Gobierno de Zapatero y el Banco de España creyeron que con las provisiones anticrisis, un colchón que no existía en ningún otro país, se podría aguantar la gran depresión. Pero no fue suficiente.
“Ahora que la banca europea ha pasado lo peor, España rebusca fórmulas para salvar al sector y que vuelva a conceder créditos. Hubiera sido mejor haberlo hecho en 2008 pero ahora se puede por las altas provisiones. Es una buena opción”, comenta José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.


viernes, 20 de abril de 2012

El Banco de España estudia sacar del balance de la banca los activos del ladrillo


El Ministerio de Economía, el de Hacienda y el Banco de España están recibiendo múltiples propuestas sobre cómo sacar de los balances los activos inmobiliarios para despejar las dudas sobre la solvencia del sector. Este tema está detrás de la depreciación bursátil de los bancos.
Ayer, el director de Regulación del Banco de España, José María Roldán, realizó una presentación sobre la banca ante un centenar de analistas financieros y este asunto fue el tema estrella. Roldán se preguntó sobre la conveniencia de separar estos activos del resto del negocio.
El supervisor niega que esto sea el germen de un banco malo. Su idea es agrupar los activos del ladrillo, previamente provisionados, y separarlos en una sociedad inmobiliaria para que lo gestione un experto. Algunos analistas consideran que puede ser similar a lo que se hizo en Suecia en la crisis de los años noventa. En aquel caso, la banca y el Gobierno de Estocolmo capitalizaron parte de esta sociedad, donde colocaron los activos dañados por valor de 2.750 millones. Los gestionó un experto y, al final, los contribuyentes perdieron 1.650 millones.
Roldán dijo que se podrían incluir los activos problemáticos, cubiertos en un 80% en el caso del suelo y al 65% si son viviendas en fase de desarrollo.
La ventaja de esta operación, según Roldán, es que “eleva la claridad” sobre la parte de los balances más estigmatizados por los expertos internacionales. También que centra la gestión de los banqueros en su negocio habitual, olvidándose de la pesadilla que supone ser una inmobiliaria.
El problema puede ser que, antes de pasarlos a una sociedad, los activos deberían ser tasado otra vez y eso puede exigir más dotaciones. ¿Quién las pagará?

sábado, 7 de abril de 2012

La morosidad inmobiliaria se multiplica por diez desde principios de 2008


Desde que comenzó la crisis, en 2008, las cuentas del sector financiero español se han visto seriamente dañadas por la morosidad de las empresas inmobiliarias, que ha pasado del 1,98 % registrado en el primer trimestre de ese año al 20,9 % con que cerró 2011.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, de los 298.267 millones de euros que las entidades financieras españolas tenían concedidos a cierre del año pasado a empresas inmobiliarias, 62.366 millones eran morosos, cifra que creció en 4.789 millones en un solo trimestre.
De hecho, entre julio y septiembre de 2011, la mora de las empresas inmobiliarias se situó en el 18,97 %, ya que había 57.577 millones de euros impagados de una cartera de 303.506 millones.
En cuanto a la evolución interanual, la morosidad inmobiliaria aumentó en siete puntos básicos, desde el 13,98 % que registró en el último trimestre de 2010 al 20,9 % de un año después, para una cartera crediticia inmobiliaria que entonces sumaba 315.782 millones, con lo que se redujo en ese periodo en 17.605 millones.
Los datos del Banco de España también reflejan un fuerte crecimiento de la mora de las empresas constructoras, ya que terminaron el ejercicio con un 17,65 % de créditos impagados, muy por encima del 12,12 % que tenían en diciembre de 2010.
En comparación con el trimestre inmediatamente anterior, la diferencia era de poco más de un punto y medio porcentual, ya que se situaba en el 16,09 %.
La actividad inmobiliaria y de construcción ha pasado de ser el principal motor de la economía española a su mayor lastre en apenas cuatro años, igual que ha ocurrido con las cuentas de los bancos, que arrastran una mora global muy inferior a la de estos deprimidos sectores.
En concreto, la morosidad del crédito concedido por bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito cerró 2011 en el 7,61 %, su nivel más alto de los 17 años anteriores, en concreto desde noviembre de 1994, cuando se situó en el 8 %.
Este alza de la morosidad es consecuencia del incremento de los créditos dudosos, que en diciembre de 2011 alcanzaban los 135.838 millones de euros frente a los 134.227 millones de noviembre, según los datos del Banco de España.
De esa cantidad, los dudosos de los sectores inmobiliario y de construcción rozaban los 80.000 millones de euros, al situarse en 79.759 millones, lo que significa que el 58,7 % de los impagos de todo el sector financiero español procedían de este sector.
Pero la situación era mucho peor un año atrás, ya que los impagados inmobiliarios representaban el 73 % de los dudosos totales de la banca, casi las tres cuartas partes de esa cartera impagada.
Por su parte, la cartera crediticia total de bancos, cajas, cooperativas y establecimientos financieros de crédito se redujo hasta 1,782 billones de euros en diciembre, desde los 1,785 billones que tenían concedidos en noviembre.