Vinculación de las principales entidades financieras al negocio del ladrillo

Santander. El grupo que más reduce el crédito a promotores

Santander ha dado un giro de 180 grados a su política de financiación a promotores inmobiliarios. El grupo dirigido por Alfredo Sáenz (en la imagen) ha decidido reducir a marchas forzadas su exposición al sector. Solo en lo que va de año ha disminuido el crédito vivo un 10,7% en España. Es la entidad que reduce su exposición con mayor rapidez. El esfuerzo hace que la ratio de mora se haya disparado. Ha pasado del 17% de diciembre a rozar el 25% porque los dudosos (6.062 millones) suponen ahora un mayor proporción de la financiación otorgada.

Caixabank. Elevadas coberturas y restricción crediticia

CaixaBank es, entre los cinco grandes de la banca española, la entidad que presenta un mejor índice de cobertura de activos problemáticos. El banco que preside Isidro Fainé (en la imagen) suma 4.190 millones de euros entre provisiones genéricas y dotaciones para atender créditos dudosos, subestándar e inmuebles adjudicados. Este importe cubre el 47,03% del valor de dichos activos. CaixaBank destaca por ser uno de los grupos que más restringe la financiación al sector: un 9,68%. Solo le supera Santander. Esta cifra contrasta, además, con la evolución de la cartera crediticia global de la caja barcelonesa. Esta mengua un 1,06% en los nueve primeros meses, hasta 187.528 millones.

Banco Popular. Saneamientos contra reservas con la fusión

Banco Popular debe lidiar con una exposición al sector promotor elevada: el 18,2% de sus créditos está otorgado a empresarios del ladrillo. O dicho en términos absolutos, 17.656 millones. Esta cifra solo ha descendido un leve 1% en lo que va de año. La tasa de mora de este negocio asciende al 18,2%. Y a su vez, los activos problemáticos suponen el 6,6% del balance total del grupo que preside Ángel Ron (en la imagen). El banco aprovechará la adquisición de Pastor para cubrirse las espaldas. Destinará 1.100 millones de euros de reservas a dotaciones. Así planea cubrir cualquier deterioro de créditos de la firma gallega durante siete años.