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Un grupo de Profesionales de diversa procedencia, con muchos lustros de experiencia y relacionados con la Consultoría, el Urbanismo, el sector inmobiliario, el diseño y la informática, el coaching y empresarios del sector, nos hemos unido para crear un equipo multidisciplinar capaz de buscar y ofrecer soluciones, a cualquier situación por complicada que sea en el sector inmobiliario, en el presente momento.

Un equipo abierto a la incorporación de otros profesionales de otras zonas, tanto de España como del exterior que desea ser lo más amplio y profesionalizado posible para poder ofrecer soluciones en cualquier lugar.


lunes, 12 de septiembre de 2011

UN NUEVO MODELO PRODUCTIVO

Una de las situaciones más lamentables en el momento económico en que estamos inmersos, es la discusión sobre las semejanzas y diferencias  de la situación actual con la existente en 1929 y la gran depresión.
Se trata de comparar dos situaciones que no tienen ningún parecido, ni en los antecedentes, ni en la situación, ni en las causas, y mucho menos en la realidad social.
Comparar el mundo en los años 30 con el mundo actual es comparar lo incomparable, es discutir sobre la realidad del sexo de los ángeles o sobre el principio del huevo y la gallina.
El mundo de 1.930 nada tiene que ver con el actual, en nada.
En 1930 el mundo, excepto  algunas pocas familias en Europa y en América, vivía en la  pobreza. Actualmente la clase media es un fenómeno internacional en mayor o menor porcentaje del nivel de población y es la base del funcionamiento de la sociedad actual.
Entonces, se estaba en el momento de comenzar a hacer todo, ahora se está en el momento de saber cómo se mantiene lo existente y si ello va a ser posible.
En medio, las décadas precedentes, aparte la IIGM y sus antecedentes y consecuencias, se ha conseguido pasar de un mundo de miseria a un mundo en que una parte importante de la población vive como nunca se habría imaginado.
Entonces, casi todo estaba por hacer y así tras la gran guerra se entró en una fase de crecimiento económico, en que era fácil de crecer, más aún si se utilizaban los recursos sin ningún control ni miramiento.
El crecimiento económico realizado en los últimos 70 años ha traído una ruptura del entorno físico, una contaminación desconocida, el calentamiento global, el problema de las grandes ciudades y el agotamiento de un sistema productivo basado en la máquina, los recursos inagotables, las energías fósiles y el mundo del automóvil como eje de todo.
Hemos creado un mundo donde las casas, las avenidas, las ciudades, las regiones, los países, todo gira en torno a los medios de locomoción y principalmente el automóvil en lo privado y el camión en lo logístico.
Hemos generado un mundo donde la gente se aglomera en las ciudades de forma miserable sin futuro y con un costoso sistema de funcionamiento  ante las megalópolis que se plantean, se habla de que el 80 % de la población vivirá en las grandes ciudades en 20 años.
El modelo  económico en que se ha basado este crecimiento está acabándose, no solo por el problema de la carestía de las energías fósiles y su posible agotamiento, sino porque todo se ha basado en un consumo desmedido, en muchos casos de cosas o artículos innecesarios o absurdos que la actual crisis está planteando su innecesariedad.
Intentar poner parches en un sistema que se hunde no es ninguna solución. No se sabe dónde vamos y como dice el proverbio, cuando no sabes dónde vas, cualquier camino es válido.
Por cualquier camino se llega a cualquier parte.
Se están dando palos de ciego, tanto aquí, como en el resto de lugares, incluida la propuesta de empleo que acaba de realizar Obama. El poner a reparar escuelas y baches en las carreteras, el Plan ñ de hace un par de años aquí, es solo un parche, otro más sin sentido.
El problema de fondo es que hay que crear otro modelo económico, al que las grandes multinacionales que dependen del petróleo no están dispuestas y que los Gobiernos que se enfrentan a la cruda realidad de la deuda existente, no tienen capacidad de poner en marcha e incluso algunos ni lo ven.

Una de las situaciones más lamentables en el momento económico en que estamos inmersos, es la discusión sobre las semejanzas y diferencias  de la situación actual con la existente en 1929 y la gran depresión.
Se trata de comparar dos situaciones que no tienen ningún parecido, ni en los antecedentes, ni en la situación, ni en las causas, y mucho menos en la realidad social.
Comparar el mundo en los años 30 con el mundo actual es comparar lo incomparable, es discutir sobre la realidad del sexo de los ángeles o sobre el principio del huevo y la gallina.
El mundo de 1.930 nada tiene que ver con el actual, en nada.
En 1930 el mundo, excepto  algunas pocas familias en Europa y en América, vivía en la  pobreza. Actualmente la clase media es un fenómeno internacional en mayor o menor porcentaje del nivel de población y es la base del funcionamiento de la sociedad actual.
Entonces, se estaba en el momento de comenzar a hacer todo, ahora se está en el momento de saber cómo se mantiene lo existente y si ello va a ser posible.
En medio, las décadas precedentes, aparte la IIGM y sus antecedentes y consecuencias, se ha conseguido pasar de un mundo de miseria a un mundo en que una parte importante de la población vive como nunca se habría imaginado.
Entonces, casi todo estaba por hacer y así tras la gran guerra se entró en una fase de crecimiento económico, en que era fácil de crecer, más aún si se utilizaban los recursos sin ningún control ni miramiento.
El crecimiento económico realizado en los últimos 70 años ha traído una ruptura del entorno físico, una contaminación desconocida, el calentamiento global, el problema de las grandes ciudades y el agotamiento de un sistema productivo basado en la máquina, los recursos inagotables, las energías fósiles y el mundo del automóvil como eje de todo.
Hemos creado un mundo donde las casas, las avenidas, las ciudades, las regiones, los países, todo gira en torno a los medios de locomoción y principalmente el automóvil en lo privado y el camión en lo logístico.
Hemos generado un mundo donde la gente se aglomera en las ciudades de forma miserable sin futuro y con un costoso sistema de funcionamiento  ante las megalópolis que se plantean, se habla de que el 80 % de la población vivirá en las grandes ciudades en 20 años.
El modelo  económico en que se ha basado este crecimiento está acabándose, no solo por el problema de la carestía de las energías fósiles y su posible agotamiento, sino porque todo se ha basado en un consumo desmedido, en muchos casos de cosas o artículos innecesarios o absurdos que la actual crisis está planteando su innecesariedad.
Intentar poner parches en un sistema que se hunde no es ninguna solución. No se sabe dónde vamos y como dice el proverbio, cuando no sabes dónde vas, cualquier camino es válido.
Por cualquier camino se llega a cualquier parte.
Se están dando palos de ciego, tanto aquí, como en el resto de lugares, incluida la propuesta de empleo que acaba de realizar Obama. El poner a reparar escuelas y baches en las carreteras, el Plan ñ de hace un par de años aquí, es solo un parche, otro más sin sentido.
El problema de fondo es que hay que crear otro modelo económico, al que las grandes multinacionales que dependen del petróleo no están dispuestas y que los Gobiernos que se enfrentan a la cruda realidad de la deuda existente, no tienen capacidad de poner en marcha e incluso algunos ni lo ven.

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