Con independencia de que el examen que
ultima la consultora Oliver Wyman lleve al Banco de España a intervenir alguna
nueva entidad, la hoja de ruta que marca el último decreto de reforma
financiera supone que, de partida, el banco malo aglutinará la carga
inmobiliaria que descansa en los balances de Bankia, Catalunya Caixa,
Novagalicia y Banco de Valencia. Una herencia que ronda los 75.000 millones de
euros y que convertirá a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la
Reestructuración Bancaria, SA, que así se llamará esta herramienta, en la mayor
inmobiliaria del país. Un gigante que promete convertirse en un duro competidor
para el resto de actores del sector.
"Habrá que ver si las autoridades
que velan por la competencia no tienen nada que decir ante esta sociedad
dominante", desarrolla Mikel Echevarren, consejero delegado de la
consultora Irea. "Si al final el banco malo se queda con la mitad del
mercado inmobiliario, eso supondrá serios problemas para la banca sana y los
promotores que tienen el arrojo de seguir haciendo cosas con su dinero",
advierte.
De hecho, colectivos como el colegio de
agentes de la propiedad inmobiliaria (Coapi) o la asociación de usuarios de
bancas, cajas y seguros (Adicae) denuncian que "la creación del banco malo
puede generar competencia desleal con el sector privado.
Uno de los fundamentos de estos temores
se basa en el precio de las transacciones. Los agentes de la propiedad dan por
hecho que la constitución del banco malo supondrá un "aumento en el
abaratamiento de los inmuebles". Aunque el precio de traspaso de los
activos está aún por determinar, Bruselas está presionando a España para que
acepte una valoración a la baja. Esta podría superar el descuento al que
obligan las provisiones exigidas por el Gobierno, es decir, rebajas más allá
del 35% para la vivienda terminada, del 65% para promociones en curso y del 80%
en el caso de los solares. Las entidades están comercializando ahora mismo sus
viviendas tomando estos saneamientos como referencia y ofreciendo descuentos
levemente superiores cuando es necesario, en el entorno del 35% al 40%.
Si Banco de España plantea descuentos
muy superiores para los activos que pasen al banco malo, este tendría mucho más
margen para comercializar sus activos ofreciendo descuentos, por ejemplo, del
50% en vivienda terminada y obteniendo beneficios aun así. La banca sana, por
el contrario, aumentaría sus pérdidas si quisiera igualar estas ofertas.
A la espera de que se decida exactamente
cuál será el precio del traspaso, lo que sí estará claro es que el banco malo
tendrá a su favor el apoyo público que las entidades sanas no tendrán. "Un
tema que afectará a la competencia es el de la financiación que se ofrecerá a
los particulares que compren activos del banco malo", avanza Julio Gil, de
la consultora inmobiliaria Horizone. En efecto, el decreto aprobado por el
Gobierno recoge la posibilidad de que se conceda "apoyo financiero" a
quienes adquieran activos del banco malo.
Quejas en el sector inmobiliario
"Las entidades financieras van a
recibir ayuda económica pública", ahondan desde el colegio de agentes
inmobiliarios, donde defienden que "este planteamiento puede introducir
distorsiones en el mercado, ya que la norma olvida a todos los agentes
jurídicos y profesionales que actúan en el sector privado", reivindican.
Ángel Serrano, director general de negocio de Aguirre Newman, considera que
es pronto para vaticinar cuál será el daño que pueda causar el banco malo a sus
competidores, pero asume que la preocupación está ya en el ambiente y que,
desde luego "todo el mercado va a estar expectante para conocer cuál será
la influencia que va a tener en los bancos que no necesiten asistencia y en el
resto del sector inmobiliario".
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